Hace doce años que me toca abrir el ciclo Verano Planeta, una genial idea de Marcelo Franganillo e Ignacio Iraola que nos acerca a los escritores con nuestros lectores. El ciclo se viene desarrollando con enorme éxito en Mar del Plata y Pinamar demostrando el enorme interés que hay entre nuestra gente por la lectura. En lo personal, Verano Planeta marca el inicio del año y el contacto con lectores de todo el país por este carácter de capital veraniega que tiene Mar del Plata. Comienza con la charla pública con el querido Nino Ramella, sigue con las preguntas del público y concluye con la firma de libros, momento propicio para el diálogo. Allí aparece la pregunta que quedó pendiente, el encuentro con mis queridos pequeños grandes seguidores que me traen sus dibujitos que atesoro y sus geniales comentarios. Muchos padres me contaron que vinieron porque sus hijos se lo pidieron, lo que lógicamente me llena de emoción y compromiso. Es el instante preciso en el que ese personaje imaginario, el destinatario de mis escritos, cobra vida, se corporiza y es entonces cuando me entero de sus opiniones, sus pedidos de próximos libros, comentarios sobre historias de cada una de las regiones de donde provienen, algún problema local sin resolver, las fotos con cada uno, las queridas bibliotecarias de todo el país pidiendo libros para sus lectores. Momentos imborrables estimulantes, una carga energética anual, tanto afecto que alimenta el compromiso de seguir acercándoles nuestra historia, otro patrimonio nacional mal distribuido.