Insectuoso

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Alonso besó tu mano endurecida y después se retiró sin darte tiempo. Viste sus modales en dirección a la escalera, lo escuchaste bajar y no pudiste hacer ningún comentario hiriente. Alonso es tan correcto, las plumas de su sombrero tan suaves, que te hace pensar que él es, ciertamente, un ser sensible. Un susceptible de poco aliento.

Tú eres bastante bonita aunque a veces huelas tanto, pero en este siglo es algo frecuente. Los pies de tu padre tienen voz propia y sin embargo no impiden que él gane buen dinero. Tu casa es amplia y bien situada. Tu cabeza es fango deliciosamente muerto.

Cuando entra tu criada descubres que trae un ramillete con notita, en la mano derecha. Alonso es un ingenuo. Lees con tu sonrisa equidistante y entonces recuerdas que no sabes leer. Nunca tienes ganas de estudiar las consonantes. Así que te limitas a contemplar el dibujito. Qué bella mariposa.

Ahora sabes que deberías saber algo. Alonso pensará que lo sabes. Qué habrá querido decir. Así que te vas malherida o desprestigiada hacia el ventanal con la misiva en el pecho. No saber, debilita.

Alonso esperaba una respuesta y tú sin saber se la has dado, mostrándote sin correr los lienzos. No lo viste montar enardecido su caballo y provocar un laberinto de coces por las calles, ligeramente embrutecidas.

Se ha hecho tarde. Tu cama es fría y pesada. Sientes soledad de doncella. Ansiarías los brazos imponentes de Gonzalo, tu festejante, apretándote la carne, pero te contentas con los afeites con los que te embadurnan. Aún no ha pedido tu mano formalmente. Con cierto olor a jabalí te duermes, mientras se abre una cortina. Un Alonso exaltado y sin plumas se dirige hacia tu pecho, y tú que eres un caramelo semi dormido te desenvuelves y le descubres tu rosada manera de ser condescendiente. Pero entonces Alonso se desabriga y deja constancia de su esquelética figura, lo que unido a la profusión de pelos, te remite automáticamente a la araña que mataron tus criados, la víspera.

Alterada por la forma, desencajas tu mandíbula con un grito aterrador que ensucia el encuentro. Alonso, aferrado a su desnudez, exige tu silencio y tú, aferrada a tu grito, exiges que oculte su cuerpo. Y hete aquí que entre sus pelos y tus cuerdas vocales se instala un vínculo secreto.

Oh desventurada, ya sois mi prisionera. Quiero adoraros y que padezcáis de amor por mi persona, no soporto que améis a otro. Me lanzáis odios que no bastan para alejarme. Estoy atado a vos por mil razones, razones que me destruyen y fosilizan. Estoy desarmado, no existo por ahora, vuestras caderas confunden mi sesera. Ni siquiera puedo hablar en voz alta, los sonidos callan orquestados por mis quejas. Simulo ser feliz y soy tan insistente que termino por olvidar el objeto de mi desventura. Quiero que me améis para ser alguien. Vuestro.

Alonso sois feo, pero vuestros adjetivos deleitan. Aquí me tenéis enrojecida, a causa de vuestra lengua. He creído ser hermosa pero existo sin cabeza, soy un frasco deseoso de albergar un contenido. La natura me ha brindado dientes amplios, bien dispuestos, pero detrás de mis cejas hay un campo hueco, yermo.

Expresando torpemente sus conceptos, la mozuela se ha tirado en los brazos del insecto. Qué sabrosa criatura. Entregados a los deleites carnales, Alonso volvióse hermoso y Segismunda, intelecto.

Fernanda García Lao
Fernanda García Lao
(Mendoza, 1966) fue seleccionada por la Feria Internacional de Libro de Guadalajara 2011 como uno de “los secretos mejor guardados de la literatura latinoamericana”. Vivió en España desde 1976 hasta 1993. Es escritora, dramaturga y poeta. Publicó las novelas Muerta de hambre (Primer Premio del Fondo Nacional de las Artes), La perfecta otra cosa, La piel dura, Vagabundas y Fuera de la jaula, así como el libro de cuentos Cómo usar un cuchillo. En 2015, publicó Amor invertido, en coautoría con Guillermo Saccomanno. En 2016, editó Carnívora, su primer libro de poesía. Ha colaborado en distintas publicaciones a ambos lados del océano (Babelia, Revista Quimera, Letras Libres, El Buensalvaje, Las/12, Revista Ñ). Algunos de sus textos han sido traducidos al portugués, al inglés, al sueco y al griego para revistas digitales y en papel. Ha publicado en Francia, México y España. Desde 2010 coordina talleres de escritura.

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