Lecturas Playeras

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Allí atrás, el calor agrieta el asfalto. El viento se ha ausentado sin aviso, y ya es la cuarta vez en lo que va de la mañana. Delante de mis ojos, el mar, retraído, se agazapa esperando el momento justo para sacudirnos la modorra. Los pocos chicos que dormitan en la arena agitan una bandera invisible que dice noche larga, duro despertar. El mar sigue retrocediendo. El primero de los robots guardavidas comienza a canturrear una señal de alerta, tan desafinada como ignorada. Vuelvo a perder la página del libro. El viento despierta lentamente. El robot guardavidas ya se ha alejado, y retomo la lectura desde un párrafo leído hace minutos, pero extrañamente olvidado. Uno de los chicos despierta, me mira, señala el mar. Lo miro de reojo, el asesino sigue esperándome desde una página a la que parece que no llegaré nunca. El sol quema mi espalda. Un par de gotas mojan el papel. Será el sudor, supongo, pero el sudor no produce sombra, no oscurece el día, no impide leer. Un brazo cortado del robot llega a mis pies, volando desde la nada. Bueno, no desde la nada precisamente, pero ni tiempo tengo de empezar a comprender. Ahora son dos los chicos despiertos, y pronto tres los que gritan. La voz del robot resuena desde lejos. Alerta, peligro, y cosas así. Extraño, pienso sin levantar la vista del libro, seguro se nubla, seguro llueve. Otro brazo del robot cae silenciosamente a mi lado. Bien, dejamos la lectura para otro día. El asesino del papel suspira, mientras le cede el protagonismo a la ola gigante que pronto me tapa y me envía al cielo de los finales inconclusos. Y sin avisar, qué poco considerada..

Jorge Alejandro Pittaluga
Jorge Alejandro Pittaluga
Nació en Mar del Plata en 1973. Es músico y profesor de música en el Colegio Illia, dependiente de la Universidad Nacional de Mar del Plata. Se ha desempeñado como tecladista y bajista en distintos grupos de música popular. En 2016 publicó su primer libro de relatos, Temporada de huracanes.

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